Nació en Copiapó en 1820. Fue
enviado a Santiago donde estudió dibujo con José
Lastra. En 1844 entró a trabajar en el taller de Monvoisin.
Se considera a Mandiola como el más
importante discípulo de Monvoisin, aunque entre ambos
artistas hay diferencias esenciales. Monvoisin se mantuvo
con frecuencia en el "tema noble" o el retrato aristocrático.
Mandiola descendió a lo popular y pintó mendigos
o ingenuos retratos de gentes sencillas y humildes. En cierto
modo es el iniciador de la pintura de género.
Al no ser su formación especialmente
rigurosa, Romera observa una cierta torpeza expresiva de sus
obras, especialmente en aquellas que aspiran a salir del marco
escueto del retrato. Dibujo incorrecto, colorido opaco, pesado,
decidida adhesión a un naturalismo en exceso literal
y directo. Mandiola buscaba ante todo el carácter.
A la captación del rasgo fisonómico posponía
el estilo y la norma de esencia plástica.
Su atención ha ido así, hacia
lo pintoresco del modelo, hacia lo que los personajes del
arroyo representan como matiz característico de un
determinado ambiente urbano.
Se estima que mientras Rugendas tomó
lo vernacular como pretexto para ir a una trasposición
plástica de los factores inmediatos, Mandiola se quedó
en lo pintoresco. Sin embargo, la apasionada rebusca del carácter
da a estas obras una una fuerza vital indudable.
Las obras más valoradas de Francisco
Mandiola pertenecen al género del retrato, pero por
tratarse de encargos, no eran tan valoradas por este. En estas
telas el influjo de Monvoisin es más evidente y benéfico.
Se hace presente la lección magistral en el suave modelado
de las carnaciones y en la unidad sorda, pero atmosférica
y delicada, casi evanescente, de las gamas.
Hacia 1857 Francisco J. Mandiola había
alcanzado la madurez y la forma adecuada. "Cabeza de
estudio" es, quizás, uno de los más bellos
retratos de la pintura chilena. Presenta el perfecto equilibrio
entre el contenido anímico y los elementos plásticos.
El gran mérito de Mandiola está,
no tanto en sus obras, como en el hecho de que realiza la
misión histórica de introducir en la pintura
chilena el retrato como forma artística.
Fte. de extracto: ROMERA, Antonio,
op. cit. en Bibliografía, p. 30.
|